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| Niños wayúu ayudando a vender a sus madres manillas y accesorios tejidos Foto: Eliana Borrero |
La Guajira es un lugar lleno de colores, gastronomía,
texturas, etnias y cultura. Tiene en su desierto un oasis llamado La Macuíra,
que nadie conoce en el interior del país o que por lo menos, que como yo, jamás
habían escuchado ese nombre o su existencia simplemente por ignorar información
de esta península. Hay un río que viaja en el calor para abastecer de agua la
región y desembocar en el mar caribe, está el santuario de fauna y flora Los
flamencos, en donde miles de aves migratorias viajan para adornar con su
plumaje el suelo guajiro. La sierra nevada toca su territorio mientras los
vientos alisios llegan como un golpe de frescura a calmar el sofoco del sol; y
aun así, los colombianos sólo la asociamos con el famoso cabo de la vela. Hay
negros, mulatos, zambos, árabes y una gran variedad de indígenas, en especial
los Wayúu que de estas poblaciones fue la que más sobrevivió a las injusticias
que llegaron desde la colonización.
